Diagnóstico de la fibromialgia

AuthorJerónimo Mussini

La fibromialgia se describe como una afección incurable de causa desconocida, cuyos síntomas engloban:

  • Dolor corporal generalizado
  • Fatiga mental y física
  • Ansiedad y depresión
  • Problemas para dormir
  • Colon y/o vejiga irritable
  • Molestias varias (adormecimientos, hormigueos, etc)

Este diagnóstico se ha vuelto relativamente frecuente en mujeres.

Sin embargo, tanto el desconocimiento de su origen, como la poca especificidad de sus síntomas, impiden el desarrollo de pruebas clínicas específicas y por lo tanto, de un diagnóstico diferencial claro para la misma.

Esto tiende a generar diagnósticos erróneos, o en otras palabras, se diagnostica una fibromialgia en una persona cuyo dolor y/o alteraciones emocionales son causados por otros motivos.

En fisioterapia es usual la consulta de pacientes con diagnóstico de fibromialgia, que frente a un tratamiento enfocado a la relajación muscular y la educación postural, concluyen el mismo en ausencia total de dolor.

Queda en evidencia entonces, que estos diagnósticos de dicha enfermedad incurable no siempre son precisos.

Motivos de confusión

Más allá de la poca especificidad de los síntomas y su origen desconocido, otro de los motivos que causan su sobre-diagnóstico, es subestimar la progresividad y longevidad que puede alcanzar la tensión corporal en la actualidad.

Históricamente, los menores niveles de estrés y la mayor actividad física solían prevenir en gran medida que las contracturas se sostuvieran de manera crónica, previniendo así su expansión y la aparición de disfunciones a causa de las mismas.

Sin embargo en la actualidad, el sedentarismo y el estrés psicológico aumentan la prevalencia y la duración de los dolores musculares de carácter genérico, que pueden durar años a pesar de no tener causas estructurales ni neurológicas.

Aspecto psicológico

El efecto de los aspectos psicológicos suele subestimarse en los dolores físicos, dado que no es fácil de evaluar y no tiene signos clínicos claros.

Sin embargo existen mecanismos autónomos del sistema nervioso central, donde el aspecto psicológico es fácilmente detectable.

Por ejemplo, la respuesta de lucha o huida determina que frente a una amenaza percibida (real o imaginaria), el cuerpo se prepare fisiológicamente para actividad intensa, despertando la musculatura para el esfuerzo, tensándola preventivamente.

En un ambiente laboral, este mecanismo suele dispararse en una gran variedad de circunstancias, debido a la exigencia psicológica del entorno.

Aunque en un ambiente de alta actividad física esto no generaría un problema, en ambientes sedentarios, la tensión física no tiene lugar para ser utilizada, y por lo tanto genera fatiga psicológica y dolor corporal de manera prolongada. Ocasionalmente estos síntomas pueden alcanzar una magnitud inesperada teniendo en cuenta el origen.

Si se suma el estrés psicológico a los dolores corporales, y la situación se mantiene a lo largo del tiempo, es casi inevitable que se genere una alteración emocional en el individuo afectado, en ocasiones desarrollando un cuadro psicológico de mayor gravedad.

La sumatoria de estas situaciones puede coincidir con la totalidad de los síntomas de la fibromialgia, lo cual explica por qué es relativamente frecuente llegar a un diagnóstico erróneo de la enfermedad.

Consideraciones finales

Como precaución frente a la sospecha de fibromialgia, puede ser útil la evaluación física exhaustiva y la especial consideración de los factores psicológicos del paciente.

De esta manera se podría detectar cuando en lugar de fibromialgia, se está frente a un conjunto de tensión muscular y psicológica sostenida durante un tiempo prolongado. En estos casos sí se puede tratar al paciente de manera exitosa, disminuyendo o eliminando el dolor y sus causas, y mejorando ampliamente la calidad de vida.